¿Qué es el Magnetismo?

La vida en nuestro planeta sería imposible sin el campo magnético que la protege y, sin embargo, aún existen muchas incógnitas sobre el funcionamiento de este misterioso componente.

El campo magnético se genera a mucha profundidad en el interior de nuestro planeta, donde los movimientos de grandes cantidades de metal líquido formado por hierro y níquel, generan corrientes eléctricas. Estas corrientes eléctricas son las que dan a la tierra un campo magnético que actúa como un escudo que refleja los vientos solares cargados de partículas y los desvía alrededor de la Tierra, generando una burbuja segura en la que puede haber vida.

Un campo magnético afecta a todos los seres que se hallen dentro de su esfera de influencia. Por esta razón, la Tierra permite al sistema biológico compuesto por los reinos vegetal y animal, el desarrollo y crecimiento sobre su superficie.

Los imanes pueden erradicar enfermedades, debido a que muchos tipos de virus y bacterias no pueden sobrevivir dentro de determinadas frecuencias magnéticas. A su vez, tienen la capacidad de mejorar la calidad de los alimentos y aumentar la potencia de los minerales.

El campo magnético influye directamente sobre el cerebro intermedio (diencéfalo) y de este modo controla el sistema endócrino. Los imanes tienen gran influencia en los procesos metabólicos. El hierro se encuentra en una proporción de aproximadamente 5 gramos en el cuerpo humano y su mayor concentración se halla en la hemoglobina en la sangre cuya función es transportar oxígeno a las células y sacar el bióxido de carbono. Cuando la sangre circula, la hemoglobina fuertemente magnetizada transporta más oxígeno y saca más bióxido de carbono de las células, hacia los pulmones para ser eliminado. Esto significa más energía y menos fatiga, con lo que los órganos internos se vuelven substancialmente más sanos. Los imanes aceleran el desplazamiento de la hemoglobina en los vasos sanguíneos, disminuyendo los depósitos de calcio y colesterol. Del mismo modo, se van reduciendo las adherencias tóxicas que hubiera en las paredes internas de arterias y venas, conduciendo a la disminución de los riesgos de hipertensión arterial.

Las funciones del Sistema Nervioso Autónomo son regularizadas por la acción de los imanes, el cual influye directamente sobre los distintos órganos y también sobre el equilibrio hormonal. Por este motivo, la piel recupera brillo, flexibilidad y humedad natural. Las ondas magnéticas penetran en los tejidos grasos, la piel y los huesos optimizando la nutrición a nivel celular.

Los imanes aplicados en cualquier zona del cuerpo benefician a todo el organismo pues su acción se traslada por medio de la sangre y la conducción nerviosa.

El cuerpo humano está compuesto principalmente por oxigeno, hidrógeno, carbono, nitrógeno, fosfatos y otros elementos químicos, todo lo cual se podría considerar como una batería eléctrica. Los alimentos cumplen la función de combustible. Los potenciales eléctricos humanos sufren variaciones motivadas en los diferentes estados de salud o enfermedad. El organismo humano está emitiendo electricidad estática en forma permanente, esto lo hace sensible a la acción de los imanes. También le confiere capacidad para emitir y recibir vibraciones energéticas (ondas portadoras), que pueden ser utilizadas en los fenómenos paranormales.

La acción de los imanes en la sangre genera una corriente electromagnética que produce su ionización (orden en sus componentes). La energía producida irá eliminando los desórdenes orgánicos y aumentando la reproducción a nivel celular.